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El miedo es un acto irracional pero muy común entre los niños.
La oscuridad, los ruidos fuertes, las tormentas... son muchos los miedos que se esconden tras las mentes de los niños.
A través de la fábula moderna Tirita vence sus miedos, los niños pueden aprender que no hay nada mejor que enfrentarte a ellos para que desaparezcan.
A la ratita Tirita le daba miedo la oscuridad. Estaba segura de que por la noche los fantasmas se escondían debajo de su cama. Por eso, descansaba mal y en clase de la maestra Lechuza muchas veces bostezaba y a veces, se dormía.
Además, Tirita tenía miedo de cruzar el bosque, porque se imaginaba que las ramas de las árboles eran brazos de monstruos, sus huecos las bocas y sus raíces que salían por encima de la tierra, unos horribles pies.
El problema era que tampoco podía ir por la colina porque ahí sonaba un silbido, que le hacía pensar que una serpiente gigante le podía atacar en cualquier momento.
Al final, tenía que dar una vuelta tan larga, que llegaba tarde a la escuela y tarde a casa.
La maestra Lechuza vio los problemas que le causaban a Tirita sus miedos y pidió ayuda a los compañeros de clase.
La tortuga Roqui, sugirió:
- No pienses que tienes que cruzar el bosque, fíjate en que detrás está mi casa. Si vas andando hacia ella pensando lo bien que lo pasamos juntas, seguro que olvidas tus miedos.
Tirita lo apuntó en su cuaderno.
Después, Galileo, el burrito sabio, comentó:
- Todos tus temores tienen una explicación lógica: la oscuridad es sólo ausencia de luz. Al apagar el cuarto, no aparece ningún fantasma porque… ¡no existen!. En el bosque, lo que te asusta sólo son viejos troncos y en la colina el silbido que oyes no es el de una serpiente gigante, es simplemente el viento.
Trampolín, el sapito también opinó:
- No debes bordear el bosquecillo, debes atravesarlo con decisión repitiendo que eres una ratita valiente. No tienes que evitar la colina, tienes que andar por ella y si escuchas un silbido, ponerte a silbar más alto, así ganarás a tu miedo.
La maestra Lechuza añadió que si Tirita conseguía hacer caso a sus amigos, seguro que descansaría mejor, no se dormiría en su clase, ahorraría tiempo en los caminos y se sentiría mejor consigo misma.
Tirita fue venciendo sus temores uno a uno y descubrió que:
Tus miedos se hacen pequeños cuando te enfrentas a ellos.
Para saber si tu hijo ha tenido una buena compresión lectora y ha entendido esta fábula, puedes hacerle estas sencillas preguntas. La comprensión lectora es uno de los principales pilares para que el niño descubra el amor por la lectura.
- ¿A qué tenía miedo Tirita?
- ¿Por qué crees que tenía miedo?
- ¿Cómo le ayudaron sus amigos?
- ¿Crees que realmente había motivo para tener miedo?
- ¿Por qué debía Tirita vencer sus miedos?
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