We are searching data for your request:
Upon completion, a link will appear to access the found materials.
Estamos acostumbrados a soportar más ruido del que deberíamos permitir. De hecho, si tu entorno supera un ruido constante de 80 decibelios, sufres riesgo de pérdida auditiva o hipoacusia. No es tan difícil someter al oído a esta cantidad de decibelios. Para que te hagas una idea, pasear por una zona de tráfico intenso en una ciudad, puede superar este límite.
El ruido que soportamos día tras día tiene efectos negativos sobre la salud, tanto para los niños como para los adultos, desde un simple dolor de cabeza hasta problemas más serios, como puede ser la pérdida definitiva de capacidad auditiva. Te explicamos cuáles son los efectos del ruido sobre la salud de los niños y qué ruidos debes evitar.
Las recomendaciones de la OMS es conseguir entornos que no superen un ruido constante de los 55 decibelios. Claro, que eso es prácticamente inviable en las ciudades, teniendo en cuenta que el tráfico supera los 80 decibelios.
A partir de los 80 decibelios, existe el riesgo de perder capacidad auditiva, y el oído entra en un umbral del dolor a partir de los 120 decibelios. Un avión en pleno despegue ya supera este volumen.
Existen sonidos y ruidos que no son perjudiciales para la salud, de los que puedes disfrutar sin miedo, como son los murmullos, una conversación en un tono normal, el sonido de la lluvia y la Naturaleza o los sonidos de electrodomésticos como la lavadora. En todos estos casos, el ruido no supera los 60 decibelios.
Pero otros sonidos sí dañan el oído y nuestra salud. Son los que superan los 80 decibelios. La única opción para no dañar al oído es intentar soportarlos el mínimo de tiempo posible. Por ejemplo, se recomienda no exponerse al sonido de tráfico intenso (unos 90 decibelios) más de 4 horas seguidas, y el de la música a un volumen alto de 100 decibelios no más de 10 minutos.
Los sonidos más perjudiciales para el oído son los de un avión al despegar o el de una traca de petardos a muy poca distancia. Pero tal vez estos sonidos no se encuentren cerca de ti. Sí encontrarás sin embargo un gran enemigo para los niños: el volumen de la música demasiado alta. Ten cuidado y controla el volumen al que tu hijo escucha música o una película a través de los auriculares.
El ruido puede provocar auténticos estragos en la salud de niños y adultos. Si te sometes a un ruido constante superior a los 85-90 decibelios, podrás sufrir alguno de estos problemas:
1. Cefalea. El dolor de cabeza e incluso las neuralgias son uno de los síntomas más relacionados con la exposición a ruido fuerte.
2. Estrés. La exposición continuada o prolongada a un ruido fuerte puede generarte ansiedad y estrés. Y el estrés, a su vez, es causante de numerosas enfermedades crónicas.
3. Dificultad de la capacidad auditiva o Hipoacusia. Las neuronas auditivas no se regeneran. El exceso de ruido las destruye y esto provoca una pérdida auditiva progresiva. Puede que pienses que un simple ruido no puede hacerte mucho daño, pero la pérdida auditiva es progresiva e irrecuperable.
4. Problemas para dormir. Muchos niños tienen problemas para dormir. El insomnio muchas veces se origina por causas externas. El ruido excesivo tiene la capacidad de provocar problemas del sueño tanto en niños como en mayores.
5. Dificultad para la comunicación oral. El ruido dificulta la conversación y como consecuencia de esto, el aprendizaje de los niños. El ruido de fondo en los hogares no solo daña su oído, sino que además suponen un obstáculo en su aprendizaje.
6. Fatiga. El ruido fuerte no solo es causa de estrés, sino también es capaz de provocar más cansancio físico.
7. Depresión. Un caso extremo de la exposición prolongada a ruido muy fuerte puede llevar a la depresión.
8. Zumbidos o acúfenos. Los acúfenos son esos ruidos agudos y constantes que escuchamos dentro de nuestra cabeza tras habernos expuesto a un nivel de sonido demasiado elevado. En algunas personas, los sonidos fuertes hacen que puedan oír acúfenos, un sonido muy desagradable, en medio de la noche o en cualquier momento de silencio.
9. Hipertensión. Por extraño que parezca, el exceso de ruido también puede afectar a la tensión arterial. Numerosos estudios han demostrado que los ruidos fuertes son capaces de elevar la tensión arterial.
10. Cambios en el aparato digestivo. El ruido también afecta al sistema digestivo en la medida en que el estrés o la ansiedad afecta de forma muy directa al estómago.
11. Descenso del rendimiento. La fatiga originada por el exceso de ruido, los problemas para dormir... todo termina repercutiendo en un descenso del rendimiento, en el caso de los niños en el colegio y en el caso de sus padres, en el trabajo.
Puedes leer más artículos similares a Efectos del ruido sobre la salud de los niños, en la categoría de Salud en sitio.