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Cada mujer es un mundo y cada embarazo también. A la hora de dar a luz ocurre algo parecido porque cada embarazada tiene unos deseos y unas condiciones físicas distintas. Aún así, no está de más que conozcas las distintas formas de parir que hay, sus ventajas y desventajas, y descubras cuál es la mejor para ti.
Antes de nada, me gustaría aclarar que la forma mas adecuada de parir SIEMPRE será la que la mujer escoja. Esto es algo fundamental y que todas debemos tener claro, como pacientes y como profesionales, porque, además, está amparado por la ley de autonomía del paciente 41/2002 y así lo recoge también la guía de práctica clínica de atención al parto normal del Ministerio de Sanidad. Una vez dicho esto, vamos a ver lo que nos dice la evidencia científica sobre las diferentes posturas posibles para el parto.
Primero de todo debemos diferenciar entre dos tipos de posturas, verticales y horizontales. Verticales llamamos a de pie, sentada, en cuclillas, de rodillas o manos-rodillas, es decir cuadrupedia. Horizontales se refiere a las posiciones que se adoptan en la cama con el cabecero elevado máximo 45º y son: decúbito dorsal, decúbito lateral y la posición ginecológica (llamada de litotomía).
Si buceamos en la historia, observamos que las mujeres siempre adoptaban posturas que permitiesen el movimiento, al igual que ocurre en la actualidad en los países subdesarrollados y en los partos sin intervención. ¿De dónde viene entonces el hecho de parir en la cama y especialmente en posición ginecológica? De la comodidad del personal sanitario, si nos remontamos al siglo XVII, Mauriceau introdujo dichas posturas.
Existe evidencia científica que respalda los múltiples beneficios de las posturas verticales, entre los cuales encontramos, facilitar el descenso de la presentación fetal, mejorar las contracciones y los pujos maternos, aumentar los diámetros de la pelvis, disminuir la duración del expulsivo e, incluso, reducir la necesidad de partos instrumentales. También cabe destacar que las mujeres refieren mayor sensación de control y disminuye su sensación dolorosa.
Si buscamos la mejor postura para evitar daños perineales, la evidencia aún no es muy clara, pero sí que se ha visto que, aunque en las posiciones verticales haya mas desgarros, en las horizontales se precisan más episiotomías.
Para entender por qué es necesaria la libertad de movimiento debemos entender la fisiología del parto. La pelvis es un 'laberinto óseo' por el cual tiene que pasar el bebé. No es liso, si no que tiene diferentes curvaturas y diámetros en los cuales el niño se tiene que ir encajando. Es por esto, que, en cada fase del parto, el cuerpo nos pide una postura y otra.
Observar a una mujer que pare sin epidural es el mayor aprendizaje que puede realizar una matrona, al fin y al cabo, nuestros cuerpos son máquinas perfectas diseñadas por la naturaleza y nos indican lo que tenemos que hacer. Esto, después podemos extrapolarlo a situaciones en las que la movilidad se ve limitada por la analgesia, y aún con epidural puesta, debemos abogar por los cambios posturales y las movilizaciones.
Al principio del parto, lo ideal son posiciones verticales que permitan mucha movilidad, a medida que el bebé va bajando por la pelvis, suelen ser mas cómodas posiciones sentadas, el uso de la fitball y después las mujeres tienden a echarse hacia adelante y apoyarse o incluso ponerse de rodillas. Cuando los bebés no están colocados de la forma mas fácil para nacer, es recomendable adoptar la posición de cuadrupedia, es decir, ponernos 'a gatas'.
Litotomía dorsal
Indicada para partos instrumentales, menor riesgo de sangrado. Hay que decir que esta postura no favorece el descenso, reduce la capacidad de movimiento, mayor dolor e intensidad de la contracción y mayor tasa de episiotomías.
Decúbito lateral
Permite descansar y relajarse, disminuye la presión sobre el periné y reduce el riesgo de desgarros. Eso sí, existe un mayor intensidad y menor frecuencia de las contracciones.
Cuadrupedia
Entre las cosas buenas: aumenta la movilidad, favorece la rotación fetal en malposiciones fetales y facilita el descenso, existe un menor trauma perineal y se reduce el dolor lumbar. La cuadrupedia está mal aceptada en ocasiones por motivos culturales, es necesaria experiencia en asistir este tipo de partos, a veces con la epidural no es posible.
De cuclillas
Destacar, como ventaja, que favorece la máxima amplitud de la pelvis y mayor gravedad, por tanto, facilita la salida de la cabeza. Disminuye los partos instrumentales y mejora la rotación. Es una postura cansada, en la que es necesario que no haya analgesia epidural o que sea de bajas dosis (tipo walking). Por contra, aumenta el sangrado posparto y la tasa de desgarros de segundo grado.
Sentada
Reduce el dolor lumbar, menor número de instrumentales, postura cómoda, mayor fuerza en el pujo. Mayor edema vulvar, aumenta probabilidad de trauma perineal, pero disminuye el numero de episiotomías.
Con toda esta información podemos concluir en que no existe la postura ideal, que es algo dinámico que va cambiando a lo largo del parto y según el deseo de cada mujer. Lo mas importante es que escuches a tu cuerpo y recuerda: libertad de movimiento.
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